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Trastorno del Vínculo

1- Introducción: Importancia del vínculo
2- Criterios diagnósticos del trastorno del vínculo
3- Intervención y orientaciones
a) Trabajo psicológico individual
b) Enseñanza de estrategias a los padres o tutores

"A la luz de los conocimientos actuales, podemos asumir como válida la propuesta de que toda experiencia temprana, emocionalmente significativa y con fines adaptativos, es codificada en nuestro cerebro, construye nuestra historia personal y configura nuestra personalidad..."

1- Introducción: Importancia del vínculo

Dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos no se un tema menor. Hoy en día sabemos muy bien, desde la psicología infantil, que tiempos insuficientes o de mala calidad pueden determinar en nuestros hijos pequeños, inseguridad, miedos y retraimiento.

En algunos casos hablamos del Trastorno del vínculo cuando se han producido rupturas traumáticas en el lazo afectivo niño-madre desde las etapas más tempranas. Diversas pueden ser las causas: abandono, maltrato, separaciones, niños ingresados en centros de acogida y posteriormente adoptados, niños que han estado en incubadoras, etc.
La sintomatología se manifiesta desde un retraimiento extremo a conductas disruptivas que cursan con hiperactividad, déficit atencional e impulsividad entre otros.
Pero no siempre hacen falta grandes traumas para que un niño pueda desarrollar problemas de vinculación. Las largas horas de trabajo de muchos padres, los sustitutos temporales, la guardería en etapas anteriores a 2 años, no facilitan que se establezcan los tiempos y la calidad de relación que muchos niños necesitan.

La mayoría de niños que presentan alteraciones en el vínculo afectivo suelen poner a prueba constantemente el amor de sus padres y los lazos que tienen en común. Lo más paradójico es que lo hacen mediante un proceso sutil de exigencias, manipulaciones, mentiras e, incluso, utilizando comportamientos agresivos y violentos hacia las personas que quieren. También, a veces, contra ellos mismos.
Es como si necesitaran constantemente reafirmar la presencia física y la proximidad de los padres, aunque sea para que les riñan.
Otros niños presentan somatizaciones frecuentes (dolores de cabeza, supuestas enfermedades para conseguir la atención de la madre).
Pueden aparecer manifestaciones verbales del tipo “nadie me quiere” o “me gustaría morirme.” De hecho un trastorno del vínculo puede derivar hacia un cuadro depresivo.

Algunas veces la sintomatología se presenta de forma tardía durante el crecimiento del niño y cuando la seguridad alcanzada en su momento se pierde debido a algún hecho que irrumpe bruscamente en la vida del niño (enfermedad de la madre, separación de los padres, pérdida de alguno de los padres, cambios repentinos de residencia, etc).

Cada niño es diferente y por lo tanto habrá que analizar con cuidado su propia historia y sentimientos así como otros factores de riesgo presentes. Sin embargo, en esta página intentaremos dar algunas herramientas generales para trabajar con todos aquellos niños que de una u otra forma manifiestan problemas derivados de un vínculo afectivo no establecido adecuadamente en su momento o truncado, cuando ya estaba alcanzado, por nuevas circunstancias vitales imprevisibles y que vive de forma dolorosa condicionando su comportamiento.

2- Criterios diagnósticos del Trastorno vínculo

El vínculo es la relación emocional especial que se establece entre el niño y la persona que lo cría o lo cuida. Se expresa por el modo en el que el niño que lo establece emite determinadas conductas con el objetivo de mantener físicamente cerca la persona de referencia. Dichas conductas pueden ser evidentes a partir del primer mes de vida (ver nuestra página: el Apego).
La función primordial del llamado vínculo o apego establecido por el niño, en sus primeras etapas evolutivas con las figuras que lo cuidan (en especial madre y padre), obedece a una necesidad vital de reducir la ansiedad que permita el afrontamiento de situaciones generadoras de ansiedad.

En general, podemos afirmar, que un vínculo roto, no establecido o deficiente va a cursar probablemente con un niño inseguro, temeroso del entorno y el futuro. Después pueden aparecer los síntomas de hiperactividad, déficit atencional o impulsividad como forma de reaccionar a un mundo que perciben fuera de su control.

Como trastorno clínico, la característica esencial del trastorno reactivo de la vinculación (según DSM-IV), es una relación social que, en la mayor parte de los contextos, se manifiesta marcadamente alterada e inapropiada para el nivel de desarrollo del sujeto y que se inicia antes de los 5 años de edad.
Se diferencian 2 subtipos:
Tipo inhibido:
En el que la alteración dominante de la relación social reside en la incapacidad persistente para iniciar la mayor parte de las relaciones sociales y responder a ellas de modo adecuado al nivel de desarrollo del sujeto.
Tipo desinhibido:
Cuando la alteración dominante de la relación social consiste en una sociabilidad indiscriminada o una ausencia de selectividad en la elección de figuras de vinculación.
Por definición, el trastorno se asocia a una crianza claramente patológica que puede adoptar la forma de desatención persistente de las necesidades emocionales básicas del niño relativas a bienestar, afecto y estimulación.

Siguiendo la descripción del DSM-IV, algunas situaciones (p.ej, hospitalización prolongada del niño, pobreza extrema, inexperiencia de los padres) predisponen a la práctica de una crianza patológica. No obstante, una crianza claramente patológica no siempre determina el desarrollo de un trastorno reactivo de la vinculación; algunos niños establecen relaciones sociales y vínculos estables incluso en situaciones de abandono o maltrato relevantes.

Para su diagnóstico es preciso también descartar a nivel clínico la presencia de otros trastornos como el retraso mental o trastornos del espectro autista.

3- Intervención y orientaciones

La intervención con niños que presentan trastornos de la vinculación va a depender de sus circunstancias actuales y, evidentemente, de su propia historia. En algunos casos, el terapeuta, no podrá modificar situaciones ambientales generadoras y mantenedoras del problema (pérdidas de padres, separaciones, condiciones de pobreza extrema o entornos marginales, etc.), por lo que su trabajo se centrará en el propio niño y en las personas actuales de referencia.

En otros casos, por ejemplo, niños de familias normalizadas que sufren de problemas de vinculación por motivos diversos (niños adoptados, enfermedad crónica de la madre, separaciones forzosas, etc.) el trabajo puede efectuarse a nivel familiar y en su entorno inmediato (escuela, etc.) con un mejor pronóstico si no hay otros factores de riesgo.
Aunque puede ser necesario el trabajo psicológico individual con el niño, en la mayoría de los casos, uno de los principales objetivos del terapeuta, será proporcionar información y comprensión acerca del problema a los padres o tutores del niño.

a) Trabajo psicológico individual

En términos generales, cuando existen problemas de la vinculación a edades tempranas, el objetivo fundamental es reforzar la línea emocional del niño. Se trata que el niño vaya ganando confianza en sí mismo a medida que le proporcionamos un mayor apoyo afectivo por parte de las figuras de referencia y un ambiente predecible y estable.

Como parte de la intervención, el psicólogo infantil puede trabajar aspectos concretos de las emociones y sentimientos del niño. Según edad e historia, puede ser necesario reelaborar antiguos traumas o acompañar al niño en el afrontamiento de nuevas situaciones.
Muchas de sus conductas desadaptadas no dejan de ser manifestaciones reactivas ante situaciones vitales estresantes actuales o pasadas. Por tanto, a nivel terapéutico deberemos intentar corregirlas pero sin olvidar su origen emocional.

En términos generales, es de esperar una mejor evolución cuanto antes se hayan repuesto o reforzado los vínculos afectivos tras aparecer los primeros síntomas.

b) Estrategias para enseñar a los padres o tutores

¿Necesita más información o ayuda?

Enlaces relacionados:

Trabajar el vínculo: Cómo podemos mejorar la vinculación con nuestros hijos.

La Autoestima es un componente esencial para lograr un desarrollo psicológico sano y estable. En esta página explicamos como estimularla en niños: Aumentar autoestima en niños.

Para profundizar en la importancia del apego como vínculo afectivo que se construye desde la niñez, aconsejamos la lectura de nuestra página: El Apego (Vínculo afectivo temprano entre padres-hijo)

El Diario Emocional es un recurso que podemos utilizar como ayuda para reforzar la vinculación.

Bibliografía recomendada:

"El niño abandonado"
"Guía para el tratamiento de los trastornos del apego"
Autor: Niels Peter Rygaard
Editado por: Gedisa Editorial
ISBN: 978-84-9784-226-6
Obra orientada principalmente a los psicólogos, psiquiatras infantiles y psicoterapeutas, pero también a padres, educadores, familias de acogida y otros agentes sociales, para responder desde una perspectiva teórica y práctica a algunas de las preguntas que intrigan a quienes trabajamos y covivimos día a día con niños y adolescentes que padecen trastornos del apego.

"Los desafíos invisibles de ser madre o padre" Manual de evaluación de las competencias y la resilencia parental

Otros Trastornos Clínicos:

El Insomnio Infantil El trastorno bipolar en niños El Mutismo selectivo La Depresión en niños
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A tener en cuenta:

Los contenidos de esta web sólo tienen carácter de información general. Dicha información no debe ser utilizada con fines diagnósticos o de tratamiento. Sólo el profesional de la salud pertinente está facultado para tomar las decisiones adecuadas tras la evaluación del caso concreto.

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